lunes, 7 de noviembre de 2016

UNA SOCIEDAD DE ESCLAVOS

Brayam Stiven Carvajal Cucaita (11-08)
Sabemos que desde épocas inmemoriales la vida del ser humano se ha fundamentado en trabajar para tener lo que quiere.
Lo único que ha cambiado es que antes el ser humano trabajaba para él, para su familia y para su propio sostenimiento. Desde una época para acá el ser humano trabaja para alguien superior, ganando menos de lo justo; una esclavitud de la cual el ser humano había salido, una esclavitud de la cual ya nos habíamos liberado pero que por falta de lectura, educación de calidad y conciencia humana hemos vuelto a caer en ella.

Una de las razones es la religión, ya que ella es la materia prima de nuestra vida actual; estamos prácticamente obligados a creer en Dios, de lo contrario seremos una “escoria” de la sociedad. La religión se ha fundamentado en un ser superior e inmortal el cual crea todo y está en todo. Pero entonces, ¿por qué hay discriminación? ¿Por qué da más poder a unos, y a otros simplemente los hace esclavos o trabajadores de fábricas y empresas que lo explotan? La respuesta será muy difícil de encontrar ¿Por qué? Simple, porque estamos en un país netamente religioso en el cual los creyentes orientarán su respuesta a favor de la iglesia con conclusiones tales como que Dios ama a los pobres y humildes y que ellos serán los que irán al cielo. Pero, ¿por qué tienen ese pensamiento acerca de la pobreza y la riqueza? ¿Acaso los ricos no pueden ir al cielo? ¿En el cielo discriminan a los ricos? ¿Los pobres no irán al infierno?  ¿Por qué?  Nacen muchas preguntas acerca de esto, pero porque la iglesia se ha encargado de someter a la humanidad de una forma no común; lo han hecho inteligentemente ya que, si toda la humanidad se revela contra la política o el Estado, contra la religión muy pocos lo harán. No soy nadie para decir que es verdad o que es mentira, lo único que sabemos es nuestra realidad actual ¿Cuál es? Un montón de esclavos manejados por un superior, un mundo de ignorantes esclavos del internet y las banalidades del mundo que creen que al haber ido a la iglesia y pidiendo a Dios por arte de magia caerá lo que necesiten del cielo, no me refiero a que no hay que orar; sí, claro, hay que estar en permanente comunicación, pero también tenemos que luchar por lo que queremos.

Termino este ensayo haciendo unas grandes preguntas que ustedes mismos se responderán: ¿Quiénes somos? ¿Qué es el cielo? ¿Por qué las teorías que nos plantea la biblia? ¿Por qué los pobres irán al cielo y los ricos no?             

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